martes, 4 de junio de 2013

Cuenta cuentos: ¿Que sabor tiene la luna?

El jueves pasado nuestra voluntaria Mireia explicó un cuento, escrito y ilustrado por ella, a los niños y niñas ingresados.

Aquí podéis leer el cuento:

Hacía mucho tiempo que los animales se preguntaban qué gusto tendría la luna. Todas las noches se quedaban boquiabiertos mirándola, cada uno de ellos tiraba del cuello, los brazos, pero aún así, no la podían tocar.
Un día la señora tortuga pensó que si subía a la montaña más alta conseguiría poder tocar la luna, aún así después de su gran esfuerzo, no lo consiguió. Al cabo de unos minutos se le ocurrió llamar a uno de sus amigo para que la ayudara, y de esta manera compartiría el placer de poder prueba un trozo de luna.
Elefante, elefante! Gritaba la luna.
Que quieres pequeñita? Pregunta el elefante.
Sube, que me has de ayudar a tocar la luna, para coger un trozo.
El elefante todo decidido subió la montaña, y subió encima de la tortuga, pero aún así no pudo tocarla. Entonces ambos amigos decidieron llamar a la jirafa, por qué como era el animal más alto, seguro que la podría tocar, pero a pesar de ello no pudo.

No penséis que la luna siempre se quedaba en el mismo lugar, sino que a ella también le gustaba el juego de ir y subir cada vez más arriba, para que los animales no la pudieran tocar.

La tortuga, el elefante y la jirafa no se rindieron, y llamaron a otro animal, esta vez fue la cebra, con la intención de que sus rayas confundieran con la luna, aún así, después de subirse encima de todos sus amigos, no pudo tocarla. La cebra, que había llegado con la intención de probar un trocito de luna, dijo a sus amigos, que a toda costa, la probarían. Por este motivo decidieron llamar a todos sus amigos, primero al león, luego a la zorra, pero la luna no se quería dejar tocar. Pero sólo quedaban dos animales, y no eran ni los más grandes y los más rápidos, pero eso no quitaba de que fueran buenos compañeros. Primero llamaron al mono, y este haciendo saltitos subió la montaña para ayudar a sus amigos, y después subió por la espalda de cada uno de sus amigos hasta llega a la luna, pero estando muy cerca de sus manecillas no la pudo tocar. Y por último llamaron al ratón, la luna mientras éste subía a la montaña, lo miraba con mucha tranquilidad, ya que un animal tan pequeñito no podría tocar. El ratón llega arriba de la montaña, decidido a coger un trocito de luna, y así fue como subir uno por uno en la espalda de sus compañeros, cuando subió a la espalda del león este por un momento pensó en comérselo ya que estaba muy cansado de esperar el trocito de luna, pero no lo hizo para no hacer daño a su amigo. Cuando llegó a lo alto de la torre de animales, él estiró las manos y la luna que no lo podía creer, se queda sin un trocito, ya que el ratón, aunque se pequeño, lo había conseguido coger.

Los animales contentos y ansiosos, querían saber cuál era el sabor de la luna. Y vosotros que deseáis saber? La luna tenía el sabor de lo que más le gustaba a cada uno, y todos los animales se estaban muy contentos y se fueron a dormir todos juntos.

El pescado todo el tiempo se les estaba mirando, y pensaba mira estos animales haciendo una torre para coger un trozo de luna, cuando yo la tengo aquí a mi lado en el agua!






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